Causas y efectos en el amor
El joven y aclamado realizador Alejandro
González Iñárritu nos relata tres distintas historias que confluyen en un
desafortunado evento, lleno de muerte y desdicha, que tiene más perjudicados
que beneficiados. Eventos triviales van, poco a poco, desencadenando otros
menos triviales hasta que llegan a otros que son letales. Algo parecido al
estilo narrativo de Cuando quiero
llorar no lloro, tanto el libro como la película
y la miniserie para TV,
pero menos lineal. Las historias giran en torno al amor y a las diferentes
aristas que el amor tiene, o puede tener. De manera que el amor resulta ligado a la muerte, sin distingo de clases sociales.
En el ámbito del new age, es fácil conseguir
ideas o hechos explicados con la frase “acción y reacción”, que cada acción
ocasiona una reacción; incluso se llega a asimilar a la tercera
Ley de Newton, la cual reza, más o menos, así: “Con toda acción ocurre
siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos
cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto”(1).
Esta es una expresión, en rigor, vectorial y no tiene que ver nada en absoluto con
la acción y reacción entre humanos y eventos que están fuera del alcance
expreso de esta ley. La mera alusión a Isaac Newton y su ley para
explicar los hechos fortuitos de la vida, no le dan ningún carácter de rigor
científico a los hechos que se pretenden explicar, ni los justifica; menos a la
ley, todo lo contrario, se aplica la ley a situaciones que no son de su
competencia, con el peligro de desprestigiarla. Digo todo esto para que al
amigo lector no le vaya a pasar por la mente que en Amores perros se plantea
algo parecido a la “acción y reacción” tanto de Newton como del new age. La película
no es tan ingenua.
Las relaciones entre los eventos
que muestra Amores perros es meramente
casual, y lo más científico que se le podría aplicar es la relación llamada “efecto mariposa”, de la
teoría del caos,
en el que las probabilidades juegan un rol importante. Eso se lo deja la
película al espectador, pues ella plantea un escenario posible lineal, y es el
espectador quien podría especular con “qué hubiese ocurrido si...”
Una buena película, que atrapa
las 2 horas y media de duración. Bien realizada y con historias bien contadas,
en las que los elementos de continuidad (críticos en este tipo de película)
fueron muy bien cuidados.
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